Homeopatía financiera

Según Wikipedia, la homeopatía es una pseudomedicina cuyo pilar es combatir una enfermedad realizando brebajes altamente diluidos, que sin diluir causarían los mismos síntomas que sufre el paciente. Su premisa fundamental es “lo similar se cura con lo similar” afirmando que “cuanto mayor es la dilución, más potente es el efecto”.

Pues una rama de esta pseudociencia ha llegado a las finanzas, y no hace poco tiempo.
Se trata de la preparados financieros de ciertas empresas que usan para combatir la pérdida de valor de sus acciones, diluyendo aún más el poco valor de la empresa entre más y más acciones.

Pongamos un ejemplo:

La empresa X tiene 3 acciones, cada una propiedad de 1 accionista; y cada acción tiene un valor de 10€. La empresa entera vale 30€.

Ahora imaginemos que hace uso de la magia homeopática  y realizan un dividendo a cargo de ampliación de capital, es decir, entregan como dividendo más acciones emitidas para la ocasión, y esto, señoras y señores, no es más que eso, echar agua al vino, es cortar el chopped más fino para que salgan más lonchas o partir la tarta en más porciones, pero la tarta sigue siendo la misma (además siempre se suele quedar algo de sustancia en el cuchillo de tanto corte), y sigue sin entrar dinero en el bolsillo del accionista. Recordemos que el dividendo es una forma de repartir el beneficio excedente entre los propietarios de la empresa, siempre que la empresa no necesite ese dinero para invertirlo, y de esta manera puede seguir repartiendo dividendo incluso aunque tenga pérdidas (el rizar el rizo de la homeopatía financiera).

La empresa X realizaría una ampliación de capital para entregar 1 nueva acción por cada acción antigua, pasando la empresa a tener 6 acciones, 2 de cada accionista, pero (y he aquí la gracia) cada acción valdrá la mitad, 5€. La empresa seguirá valiendo 30€.

empresa X.1

Como veis, cada accionista tiene lo mismo que antes, pero ahora es accionista de una empresa que tiene una rentabilidad por dividendo del 50%!!!! Y hombre, con esa rentabilidad por dividendo, vaya chollo!

¿Algo no cuadra no? Evidentemente, una empresa no vale más o menos porque reparta más o menos dividendo, sino porque vaya a tener mejores resultados (beneficios, principalmente).

Y aquí viene el dilema y la conclusión.
En un ejemplo práctico, el Dividendo Elección del Banco Santander es el más conocido; ¿Qué hacer? ¿Cobro en efectivo?¿Cobro en acciones? ¿Vendo los derechos de suscripción?

Pues operaciones de arbitraje con los derechos aparte, veamos las posibilidades:

  1. Cobrar en efectivo: Obtendrás dinero, te beneficiaras de la ventaja fiscal de la no tributación de los 1500 primeros €uros cobrados en dividendos… pero… la proporción de acciones de la que eres propietario se verá reducida (diluida, cuan buen remedio homeopático).
  2. “Cobrar” en nuevas acciones: Mantendrás (puede incluso que aumente un pelín) la proporción de tus acciones en el capital de la empresa, pero de dividendo como tal no verás nada,… es decir, para ti la rentabilidad por dividendo no será ni por asomo la que se anuncia en los periódicos (con la peculiaridad de que este dato es un tanto engañoso). Además de no recibir la parte correspondiente a los beneficos de tus acciones, no aprovecharás la ventaja fiscal anteriormente mencionada.

Os dejo un par de consejos retomados de un antiguo blog:

“Haced lo que Botín hace (bueno, casi todo lo que hace) y no lo que dice.”
Esta es una premisa fundamental en las finanzas, y por cierto, suele cobrar en efectivo.

Y si este no os convence el anterior consejo, pinchar aquí -> Consejo

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